domingo, 26 de septiembre de 2010

     Recuérdame, a mí, la que te susurraba al oído todo lo que te quería, a la chica de las manías tontas, recuerda que se me arquean las piernas, y que cuando miento miro al cielo, o que me sé cada uno de tus lunares, o que la vida es un poco mas gris sin tu sonrisa, o que soy doña imperfecta. Haz que todo eso reviva, pero no ahora, que la vida está amarga y cara, muy cara. Hazlo pasado mañana, cuando te des cuenta que ya no estoy, que no estoy sentada al lado tuyo esperando que me des el mejor de los besos, que ya no espero que te des la vuelta a mirar, porque ya no hay nada que ver.
Y que la vida son dos días, y uno y medio me lo he pasado lamentándome por ti, y si lamentas, no vives, mueres, con cada una de tus mentiras. Vive y revive todo esto, que algún día nos reiremos tal y como antes, cuando la vida nos daba ganas de sentir, y cuando no teníamos que sufrir por soñar despiertos. Que no vale la pena, que los sueños sólo se convirtieron en ilusiones, y las caras tristes, en grandes verdades. Y aunque preferí dormir para soñar contigo, creo que es de sabios despertarme y ver que te has ido.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Más aspero desde que no estás!




No hay vehículo mejor que las palabras, para llegar a donde voy, subido en el sonido de un silbido que me conquistó.
Quise entrar por tu mirada, y sé que volveré por el camino de las lágrimas! 
Es lo que tiene ser intruso del uso del amor más insulso…
Que incluso la alegría me pregunta cada día que si casi se me olvida, que no la puedo ignorar.
Le digo que tristeza es la que mejor me besa cuando la noche comienza, y no pienso en nada más…
Te vas y no quiero que vuelvas más, pero, desde que te espero el tiempo se ha vuelto más áspero.
Restos de tus besos, humo de tu cuerpo, la imperfección de la añoranza que nos otorga el recuerdo.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Caducado!

Que no todo tiene fecha de inicio, y mucho menos de caducidad. Que las cosas que nos unen son fruto de las pequeñas partes de mí que te di. Las que un día hiciste que fueran tuyas, por derecho propio. Que no sabes lo que odio que me sonrías, que lo hagas cuando sabes que tienes razón, cuando no sabemos qué decir, cuando no quieres decirme nada. Cuando sólo quieres estar conmigo, y lo demás puede esperar… Cuando quieres deshacerte de todos por un momento, de todo, excepto de mí. Cuando sabes que me quieres, y cuando sabes que nunca será suficiente para ninguno de los dos. Cuando sabes que por mucho más tiempo que me sigas mirando no vas a saber más de mí, porque lo sabes todo, porque soy tuya desde aquel extraño domingo.
Tal vez las cosas que me diste fueran puñados de falsas esperanzas y pedacitos sucios y desaliñados de un amor que nunca llegó a la cima del mundo. Pero a mí, ahora mismo, eso ya no me importa.
Se dice, se nos avisa, se nos instruye, se nos recuerda una y otra vez que en esta vida hay que perdonar y dar oportunidades.Intentamos remodelar algo que nunca tubo forma, y así sólo se llega a las pesadillas.
A los sueños se llega dando oportunidades que tengan un fondo, una finalidad, son demasiado valiosas como para usarlas cuando a ti te venga en gana.
Ahora bien, debo demasiadas oportunidades, las gasté todas, algo inservible, pero el caso es que te quise, y posiblemente ahora mismo te siga queriendo, y tenga unas ganas de besarte que no me caben dentro, pero lo que quedan son cenizas, y de las cenizas no sale fuego, ni siquiera dejándote los pulmones soplando. Es inútil.
Y como punto y final de esta conversación, de este tú y yo, de esto que hubo entre nosotros, quiero que sepas, que por mucho que me duela, por muchísimo que me cueste, la vida sigue, y no voy a lamentar algo que nunca te creíste.