Recuérdame, a mí, la que te susurraba al oído todo lo que te quería, a la chica de las manías tontas, recuerda que se me arquean las piernas, y que cuando miento miro al cielo, o que me sé cada uno de tus lunares, o que la vida es un poco mas gris sin tu sonrisa, o que soy doña imperfecta. Haz que todo eso reviva, pero no ahora, que la vida está amarga y cara, muy cara. Hazlo pasado mañana, cuando te des cuenta que ya no estoy, que no estoy sentada al lado tuyo esperando que me des el mejor de los besos, que ya no espero que te des la vuelta a mirar, porque ya no hay nada que ver.
Y que la vida son dos días, y uno y medio me lo he pasado lamentándome por ti, y si lamentas, no vives, mueres, con cada una de tus mentiras. Vive y revive todo esto, que algún día nos reiremos tal y como antes, cuando la vida nos daba ganas de sentir, y cuando no teníamos que sufrir por soñar despiertos. Que no vale la pena, que los sueños sólo se convirtieron en ilusiones, y las caras tristes, en grandes verdades. Y aunque preferí dormir para soñar contigo, creo que es de sabios despertarme y ver que te has ido.