jueves, 9 de septiembre de 2010

Se dice, se nos avisa, se nos instruye, se nos recuerda una y otra vez que en esta vida hay que perdonar y dar oportunidades.Intentamos remodelar algo que nunca tubo forma, y así sólo se llega a las pesadillas.
A los sueños se llega dando oportunidades que tengan un fondo, una finalidad, son demasiado valiosas como para usarlas cuando a ti te venga en gana.
Ahora bien, debo demasiadas oportunidades, las gasté todas, algo inservible, pero el caso es que te quise, y posiblemente ahora mismo te siga queriendo, y tenga unas ganas de besarte que no me caben dentro, pero lo que quedan son cenizas, y de las cenizas no sale fuego, ni siquiera dejándote los pulmones soplando. Es inútil.
Y como punto y final de esta conversación, de este tú y yo, de esto que hubo entre nosotros, quiero que sepas, que por mucho que me duela, por muchísimo que me cueste, la vida sigue, y no voy a lamentar algo que nunca te creíste.

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